¡Fuera procrastinación! (por un ratito)
Las excusas se inventaron por algo, pero también tienen su lugar y su momento, y aquí no caben. Cierto que podría decir que la crisis, la economía, el trabajo, mi familia, entre muchas otras razones, me han quitado el tiempo de escribir en el blog; pero al final, como prácticamente estoy escribiendo para mí, es un poco absurdo mentir de esa manera. La verdad es que dejé de escribir aquí por 2 razones:
- Procrastinación
- Falta de interés
La primera razón se ha tragado el 80% de lo que pudo haber sido contenido nuevo en el blog. Y la segunda es que simplemente el otro 20% no he tenido ganas de sentarme a escribir nada.
Dejando los motivos del abandono en segundo plano, el título de este post tiene que ver con un asunto completamente distinto.
Panem et circenses = Pan y circo.
Les dejo una cita, antes que nada:
"… Hace ya mucho tiempo, de cuando no vendíamos nuestro voto a ningún
hombre, hemos abandonado nuestros deberes; la gente que alguna vez llevó
a cabo comando militar, alta oficina civil, legiones— todo, ahora se
limita a sí misma y ansiosamente espera por sólo dos cosas:
pan y circo" Juvenal
Venezuela ha caído en picada y lo peor es que no se ve el final del foso, un país que vive más ansioso de tener la razón, que de las consecuencias de tenerla y donde la mayoría de la población acepta, con resignación, que no importa si llueve mierda (como en los recientes acontecimientos del aeropuerto de Maiquetía) siempre y cuando en la otra cuadra haya una cola esperando para ver si compramos papel toilette.
Todos nos hemos resignado a la idea de que vivimos mal y que poco podemos hacer para cambiarlo. Es una idea que ha calado profunda y colectivamente. Nos molestan las perpetuas colas para adquirir productos de la cesta básica, pero las enfrentamos con valentía y orgullo. ¿Orgullo de qué?, aparentemente de que a pesar de vivir en estas condiciones seguimos adelante, como bravo pueblo guerrero, contra aquellas adversidades de la vida y el destino; es decir, orgullosos de ser bien huevones y pendejos. Lo que pasa es que sabemos que la responsabilidad de que vivamos así es colectiva, no individual. En todo caso, el mayor responsable de este peo está muerto y enterrado. Pero siempre he dicho, ese señor fue más consecuencia que causa, porque si fuese la causa la cosa ya se estaría arreglando.
La causa es la pobreza mental de la gente que vive con un rancho en la cabeza, que cree que tiene derecho divino a hacer lo que le parezca mejor sin importar a quien jodas en el camino. De esa forma, aunque tu decisión sea errada y lo sepas, con tal de no dar el brazo a torcer bien puede el resto del país recibir el chaparrón de mierda, y eso aplica tanto a un bando como al otro. Somos un país dividido sin intención de unirse, porque no lo necesitamos, total, siempre que haya pan y circo la vaina no está tan mal.
Pan y circo, la marca de César, que inteligente y convenientemente para sus planes decidió que era más fácil regalar o subsidiar el trigo y ofrecer espectáculos públicos era mejor que lidiar con las consecuencias de un pueblo hambriento. El que tiene hambre sólo piensa en el hambre, y luego que ha comido, si tiene con que entretenerse, no te va a joder, mucho menos si eres el que le proporciona la satisfacción de sus escasas necesidades. Es más barato subsidiar comida y pagar entretenimiento que enfrentar al pueblo contra el pueblo, y además sales bonito en la foto. Fucking perfect!
Tener a un pueblo, ya sean aliados u opositores, liando para conseguir la comida (y muchas otras cosas) todo el día, todos los días, es un logro de la revolución. Ya no es Mercal ni PDVAL donde se hacen las colas kilométricas para adquirir los productos a precios más bajos. Ahora vivimos en sihayalgo mode: ON. Fíjense, la mayoría de los venezolanos podríamos identificar el siguiente escenario:
"Caminas por una calle mientras te ocupas de tus asuntos, todos ellos tan importantes y urgentes como puede serlo para un ciudadano común, tal vez incluso con el tiempo y el dinero contado. De repente, en la distancia, como a una cuadra, divisas un abasto o supermercado con algún nombre asiático que jamás conocerás su significado (en serio, piénsenlo), y hay unas 8 personas paradas en una cola en la entrada del local. Piensas unos 3 segundos en lo que ibas a hacer, pero decides pasar a ver "si-hay-algo", total, nunca se sabe si más adelante conseguirás comprar lo que allí están vendiendo. Cancelas tus planes de esa mañana o tarde, y pasas unas 3 horas (o más) esperando para comprar algo que:
- No saliste a comprar
- Probablemente no tenías presupuestado en ese momento
- Tal vez tengas de sobra, pero más vale que sobre y no que falte y...
- Tuviste que dejar de trabajar un rato para hacerlo"
Estoy convencido que gran parte de la gente que consigue de todo en esas colas sencillamente no trabaja. Alguien que tenga un empleo o un negocio no podría pasar gran parte de la semana buscando donde comprar las cosas, y pasar tanto tiempo en colas. Se ha convertido en un estilo de vida venezolano, donde hay personas que se dedican a vivir en las colas desde temprano en la mañana (hasta madrugada incluso), todo el tiempo. Entonces la pregunta es ¿si no trabajan, de donde sacan el dinero?. Otra interrogante para la vida. De no ser porque yo sí tengo que trabajar (comer es bueno), tal vez haría un estudio de campo.
Por otro lado, todos disfrutan del circo. No importa que hayan cambiado el payaso, el show debe continuar.
"Millones y millonas" ¿Les suena?
Bueno, eso lo dijo el... el... ¡ya va que me cuesta!... el Presidente de la República. Lo que se suma a una larga lista de burradas que ha dicho en menos de un año de tener alguna notoriedad en la vida pública del país. El problema no es que las diga, el problema es que cumple su cometido cuando las dice. Sus seguidores se ríen de él, pero les parece cool; y sus detractores utilizan esos "descuidos" para intentar dañar su imagen. El plan perfecto, mientras unos ríen, otros se burlan, pero a todos nos están jodiendo por igual. Miren el payaso, mientras que por otro lado preparan el león para soltarlo. Nadie, sin un guión preparado, va a decir "Millones y millonas", es absurdo e irracional; ni tampoco nadie que usa descaradamente el uniforme militar cubano, sí, cubano, en plena cadena nacional va a decir que no sabe identificar la bandera de Cuba, cuando la venera más que la nuestra, incluso el día que nos robó las elecciones había tantas banderas cubanas ondeando, como venezolanas.
No me parece bien que la persona que ostenta el más algo cargo de nuestro país diga tantas burradas, pero realmente no son sus torpezas ni sus discursos lo que nos afecta en el día a día, son las numerosas muestras de ineficiencia en la solución de los problemas críticos de la sociedad, los contratos millonarios que se firman prometiendo nuestro dinero y nuestro petróleo, el abuso de poder permanente en todos los sectores, y muchas otras cosas más. Pero eso no importa, es más importante que "Millones y millonas" llegue a TT aunque sea un rato. El problema no es que el presidente sea un payaso, sino que nosotros queramos aplaudirle las gracias, porque entonces al fin y al cabo, no seremos más que sus asistentes.
- No, gracias, yo paso -
Creo que como ciudadanos, nos puede indignar que el presidente sea un payaso ridículo, pero como sociedad debemos ver la intención de la jugada y no comernos un peón para perder la reina. A menos que deseemos el jaque mate con ansias.
Que tengan un buen día.