Mariale

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El día que me decidí a crear el blog, confieso que tenía mucho tiempo con la idea, pero si les digo que lo hice por una iniciativa propia, entonces mentiría. Conocí el mundo de los blogs principalmente a través de Mariale. De hecho, ella me contaba de su blog y las cosas que escribía y al principio ni me pasaba por el mismo. Incluso, cuando escribió un post para mí, tarde bastante tiempo en leerlo, por múltiples razones (sí, la procrastinación también).

No les cuento eso porque quiera contar como abrí el blog, sino porque pretendo, después de tanto tiempo, escribir un post para Mariale, responsable en parte de que yo tenga este espacio en la web. De hecho, es un post con el que me siento en deuda desde hace cierto tiempo.

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Yo siempre he tenido pocas amistades a lo largo de mi vida. De hecho, en cada etapa de la misma han sido distintas y no en todas he tenido personas a quienes llamar realmente "AMIGOS". Eso se debe a que mi concepto de amistad no se limita únicamente a el hecho de tratar con alguien, sino que por el contrario, un amigo es alguien por quien no dudaría en hacer casi cualquier cosa; y que, aquellas cosas que no haría, es porque serían muy perjudiciales para esa persona. Cuando digo que han sido distintas amistades en cada etapa no es porque dejen de serlo, sino porque cuento las que se suman a esa corta lista.

No es lo mismo SER amigo de una persona, que TENER un amigo en otra. Y raros y valiosos son los casos donde van de la mano. Claro, muchas veces podemos considerar a alguien nuestro amigo incondicional sin que esa persona necesariamente lo vea así. Pero aun así creo que hay casos donde uno tiene una certeza casi absoluta de que una persona es tu amiga, Mariale, para mí, es uno de esos casos.

Nos conocimos en la universidad, mientras cursábamos Estadística I. En esa materia conocí varias personas a decir verdad. En primer lugar porque ha sido la etapa más social de mi vida y en segundo lugar porque el profesor que impartía la materia era sencillamente ridículo e insoportable, prácticamente me obligaba a hacer chistes a sus instancias. Como no tenía mucha gracia hacer chistes solo, pues los compartía con alguno de los que me rodeaba (el que me pareciera menos insoportable).

El día que nos conocimos, ella me cedió un puesto que guardaba, por razones que explica en su post y que en ese momento (y hasta muchos años después) yo no sabía. El asunto es que me pareció ideal compartir mis burlas de aquel profesor amanerado y ridículo con ella. Lo curioso es que de todos con los que había hablado hasta ese momento, ella fue la única que respondía con algo más que una risa, ella se burlaba también. Creo que lo mejor que nos dejó ese profesor fue habernos conocido. Después de esa materia no volvimos a ver clases juntos, pero coincidíamos siempre en la univ. y nos sentábamos a hablar o yo a tocar guitarra mientras que ella escuchaba.

Casi culminando materias en la univ. fue cuando, por razones que ahora no recuerdo, comenzamos a compartir más tiempo. A salir, hablar, seguir burlándonos pero de otra gente, seguir compartiendo música, libros y muchas otras cosas. Y antes de que nadie lo pregunte, yo aclaro: jamás hubo ninguna intención romántica de ninguna de las partes, y creo que se debe precisamente a eso, que podemos tener el nivel de interacción y conocimiento del otro que tenemos actualmente. Lo más interesante de todo el asunto es el grado de compatibilidad que existe entre los dos, porque estamos de acuerdo en la mayoría de los asuntos que tratamos y en los que no, al menos estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo.

Quien nos conoce por encimita no entiende porque una persona como yo, puede compartir tanto con una persona como ella. De hecho, ni mi madre lo entiende y me lo ha hecho saber. Sin embargo, el detalle es que muy pocas personas me conocen lo suficiente para entender eso. Y eso que, tal como ella misma lo ha dicho, ambos hemos cargado con el estigma de ser "el elemento distinto". Claro, confieso que eso se debe a que yo siempre parezco ser muy normal, de hecho, más que normal, un "niño bueno"; a pesar de mi cara seria y distante.

Hemos compartido desde las cosas más comunes y simples hasta las cosas más inverosímiles que puedan imaginar. Desde un té frío en la UDO, hasta las reuniones de "la secta" de Herbalife. Desde un pan con queso, hasta un vino blanco "añejado" (piche) que nos dejo "happy" por un buen rato. Todo eso mientras conversamos sobre absolutamente cualquier cosa que nos pase por la cabeza, sin necesidad de endulzarlo o disfrazarlo con otra cosa. No ha habido ninguna persona antes o después de ella con la que me sienta en la libertad de decir lo que sea.

Como anécdota, es una persona a la que conozco tanto, que ya se como soportar en esos días donde se encuentra insoportable (y no me refiero necesariamente a esos días). No ha sido fácil, pero cada una de las cosas que he tenido que soportar, las paga fácilmente y le sobra con muchas otras. Un día incluso le dije cerca del mediodía, debido a lo insoportable que estaba: "vieja, o te invito a comer, o te meto un coñazo; y como yo no le pego a las mujeres, vamos a comer". Sin embargo después de comer todo estaba tan tranquilo como siempre, sin resentimientos de ninguna parte.

Como le comenté en su post, una de las cosas que más respeto de Mariale, es que se que cuando me dice algo, no me dice lo que sabe que quiero escuchar, sino lo que realmente piensa, incluso si no me agrada. Y eso, viniendo de alguien que me conoce tan bien como ella, es para apreciarlo bastante.

Siempre me he llevado mejor con las mujeres que con los hombres, y ella ha sido todo lo contrario. Sin embargo, con Mariale puedo hablar con la misma confianza que se que hay entre hombres, pero sin la necesidad de pretender o aparentar, que existe entre tantas amistades con mujeres. Mis amigas se escandalizarían por escuchar muchas de las cosas que le cuento, y mis amigos probablemente se sentirían avergonzados de mí. Pero eso no lo encuentro en nuestras charlas. Podría decir, sin temor a equivocarme, que nadie me conoce tan bien, precisamente por la libertad que hay al expresarnos con el otro.

A pesar de haber compartido tantas cosas, es curioso descubrir cosas nuevas en una persona. Sobre todo cuando se cree que la misma tendrá una reacción y resulta ser muy distinta. Es bueno saber que eso todavía existe entre nosotros.

La semana pasada me encontraba, a causa de la persona que menciono en este post, en un estado emocional que yo mismo consideraba absurdo y detestable. De hecho, ha sido una de las pocas veces en las que no quería conversar sobre eso con ella porque estaba casi seguro de su opinión y no era lo que quería en ese momento. Incluso el tema salió por un descuido en un momento durante el día. Lo curioso fue que, cuando por fin lo hablamos, su respuesta fue muy distinta a la que yo esperaba, y me hizo sentir mucho mejor desahogarme y escuchar lo que me dijo, precisamente por saber que no me lo decía para hacerme sentir mejor.

Yo tengo 2 hermanos, a los que les llevo casi 7 y casi 14 años de diferencia. A los 2 los quiero, cada uno de forma distinta. El que me sigue es mi antítesis y el otro es muy parecido a mí. Sin embargo, tengo 3 hermanas que no guardan ningún tipo de nexo consanguíneo conmigo. Las 2 primeras son "adoptadas", hermanas de un amigo a las que quiero mucho y siempre he estado muy pendiente de ellas. La otra es Mariale, no por adopción sino por méritos. Creo que si uno pudiera escoger a sus hermanos, mi primera elección sería ella, sin duda.

Para Mariale:

"No creo que haga falta decir que te quiero flaca...". Por cursi que suene, eso es lo que salió de mis dedos y aquí debe quedar. Después de todo el tiempo y todas las cosas que hemos compartido, cualquiera creería que no queda mucho que decir, pero ambos sabemos que eso no es cierto y que si nos dejan hablaríamos hasta que el mundo se acabe.

También sabes que esto está escrito para que cualquiera venga y lea, porque si te escribo lo que sabes que podría escribirte, nos llevarían a ambos a tu lugar de nacimiento.

Knowing that we are Two Sick Bastards, and than that's the cool part of all, is priceless.

GRACIAS. Por todas las cosas que solo tú sabes que puedo agradecerte. Y más recientemente y en particular, por nuestra charla del miércoles. Ese "I've been there, I've done that" significa bastante para mí, viniendo de ti, y me ayudó a sentirme mucho mejor.

Por último: ¿es realmente necesario que te diga que estoy aquí para ti y que cuentas conmigo?