¿Quién quiere ser docente?

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Quien me haya escuchado alguna vez hablar en serio sobre los temas que considero serios, seguramente me ha escuchado hacer énfasis en la importancia que le doy a la educación. Es que amigos, sinceramente creo que no hay nada, absolutamente NADA más importante en la vida de una persona que la educación. Aunque muchos hablen del amor, yo pongo al amor en segundo lugar en este plano, porque si bien es importante, una persona que haya recibido mucho amor pero poca educación está destinada a la mediocridad.

Honestamente, el tema de la educación siempre me ha preocupado, ¿y cómo no? si durante tantos años me vi sometido a todas las barbaridades que se ven en la vida académica de la mayoría de la gente en este país. Y no, no estudié en los peores colegios ni tampoco me metieron la cabeza en ninguna poceta (aunque estoy seguro que a muchos les hubiera gustado hacerlo). Mi problema viene con la calidad de la educación que yo recibí, y lo que considero que debe ser. [Inserte aquí un tono chocante] Por favor, no me vengan a decir que la educación es cosa del hogar y todo eso, pues aunque es cierto, no es excusa para que el sistema educativo sea una semejante cagada como lo era en mis tiempos [Ya basta del tonito]. En este post vamos a tratar el tema de la educación académica, no la del hogar, esa la dejamos para cuando la procrastinación lo permita.

Pero ya va, ¿estoy diciendo que la educación en mis tiempos fue mala?, mil disculpas, la educación en mis tiempos era magnífica, comparada con la carne putrefacta llena de gusanos que tenemos hoy día por "Programa Educativo". Actualmente las instituciones están obligadas a cumplir con un programa que, en el mejor de los casos, es inefectivo, pero siendo sinceros es la cosa más nefasta que se haya ideado jamás.

Durante mi época de estudiante jamás sufrí una agresión de parte de un docente como medida de control, ni tampoco ninguno de mis compañeros más allá de un grito ahogado que ordenara silencio; y todos acatábamos las instrucciones aunque fuera a regañadientes. Hoy día si toman algun tipo de medida los estudiantes les caen encima junto con la correspondiente avalancha de coordinación académica, dirección, junta de padres y representantes, representantes altaneros y hasta el consejo comunal.

Todo lo que he dicho es para mostrar sólo algunos aspectos de la docencia que hay que tomar en consideración, pero desde el punto de vista de los docentes. A mí me impartieron clases seres que, en lo personal, considero detestables. Sin embargo admiro la profesión docente, como eso, como profesión y todo lo que eso implica. Aquí "todos" queremos a los ingenieros petroleros, y aunque muchos sean una mierda como personas, los seguimos queriendo, porque vamos, dependemos de ellos para los dolarillos ¿o no?. Los profesores no importan, tengamos más ingenieros, quien adiestrará a los ingenieros del futuro no es relevante, ¿o sí?.

En un episodio de "La Isla Presidencial" (si no saben que es, busquen), el "Rey de España" (ficticio, ficticio) dice, al ver el desastre que se forma: "esto es lo que pasa cuando envías a putas y presidiarios a colonizar un continente". Más allá del chiste, es la pura verdad, y podemos extrapolar el ejemplo al área docente, y es donde viene mi pregunta ¿Quién quiere ser maestro(a) / profesor(a)?

En nuestro país esa tarea está relegada a la gente floja, o al menos esa es la concepción que muchos tienen. La mayoría de las personas que estudian para maestros(as) son mujeres, y más allá de eso, mujeres que sinceramente sienten que no tienen capacidades para nada más, porque el trabajo está subvaluado y de acuerdo a la perspectiva social, cualquiera puede hacerlo. ¿Qué nos trae eso como consecuencia?, que ahora nuestros niños son educados por mediocres que no pudieron hacer nada más en sus vidas que "estudiar docencia". Y no lo digo porque yo denigre la profesión docente, y mucho menos la primaria, sino porque así es como se vive en el día a día. Otros estudian para ser docentes porque "esos tienen más vacaciones que ninguno", o "trabajan menos horas". No es posible que gente que piense así vaya a ser una influencia positiva en los jóvenes. No son ni de lejos, los mejores candidatos.

Si nos enfocamos en el bachillerato, el cuento es similar. La mayoría de los profesores lo son por razones muy similares. El horario "cómodo" de trabajo y la facilidad para echar carro. Vuelvo y repito, eso acorde a la idea general que se tiene del trabajo. Por supuesto que hay profesores que lo son porque les gusta enseñar y comunicar, pero son una minoría. La gran mayoría de los docentes ni siquiera toma en serio su trabajo, y como los supervisores sencillamente son docentes con más años trabajando tampoco se preocupan de que el trabajo se haga bien porque simplemente ellos no lo hicieron bien. ¿Cómo puede haber buena educación si el simple concepto es algo que los docentes desconocen y no les interesa?

A pesar de todo lo dicho, culpo a nuestra cultura en general y no a la gente en particular. Imaginemos a un grupo de 5 estudiantes de bachillerato en una conversación sobre su futuro académico y las carreras que escogeran:
  1. Medicina (cool, le echas bola, que inteligente)
  2. Ingeniero Petrolero (también le echas bola pero bichito quieres plata)
  3. Ingeniero en Sistemas (te quieres montar en la onda tecnológica ¿no?)
  4. Abogado (tú lo que quieres es andar jodiendo gente coñito)
  5. Docente (pfffff bobo/gayo/quedao'/flojo)
No miento.

Observemos el asunto un poco más a profundidad. ¿Recuerdan mi 4to párrafo?. Si ustedes estuvieran en bachillerato, ¿realmente quisieran estudiar esa carrera y recorrer ESE camino?. Si tienen aunque sea 2 dedos de frente, no lo harían. Pero sumemos a eso otros factores que, lejos de motivar, aleja a los buenos candidatos de esa carrera.

Dinero: Los docentes ganan poco, muy poco; y aparte de eso, tienen una gran cantidad de trabajo que no cuenta en su jornada. Deben planificar, elaborar exámenes, trabajos, talleres y por si fuera poco, corregir todo eso en un tiempo que no entra dentro de sus horas remuneradas. ¿Se imaginan que se llevan el trabajo a casa como una obligación, todos los días, y nadie les paga por ello?. Yo no quiero una profesión así.

Ministerio/Zona Educativa: Los que quieren trabajar para el Estado tienen que jalar bolar / lamer culos todos los días, día tras día, mientras lidian con la prepotencia, negligencia, corrupción y desinterés de las personas que conforman los organismos mencionados. ¿Para obtener qué?, una paga igual de mala pero con unos beneficios que cada día se van deteriorando cada vez más.

Responsabilidad: Al ser docentes, en teoría, tienen una carga superior al resto. Si el chamo sale mal, ¿a quién culpan?, al docente. Si se cae en el colegio, le caen encima a la maestra. Tienen que estar al día en todos los temas posibles relacionados con su trabajo, que son bastantes, sobre todo si hablamos de "educación revolucionaria socialista misma". Ahora los chamos no son responsables de su escaso rendimiento, sino el docente.

Peligro: La delincuencia está cada vez más desatada y los docentes reciben amenazas de todo tipo sólo por reprobar a un estudiante. Lo viví personalmente hace varios años y conozco muchas personas que también les ha pasado y pasa día tras día. Además hay que lidiar con estudiantes armados en los colegios y padres agresivos que son capaces hasta de matar a un docente o golpearlo hasta dejarlo malherido.

Repito: ¿Quién quiere ser maestro(a) / profesor(a)?

Nadie, al menos nadie decente. Los que son decentes y valen la pena se van, no aguantan pues el sueldo y los mal llamados beneficios no lo pagan. ¿Podemos culparlos?: No. Yo haría lo mismo, buscaría un trabajo donde no tenga tantos aspectos negativos y me paguen mejor.

El docente promedio gana un salario que no llega al sueldo mínimo, es decir, a lo que gana una dependiente en cualquier tienda (ropa, zapatos, teléfonos) que apenas si terminó el bachillerato y cuya mayor responsabilidad es atender a los clientes mientras eligen lo que comprarán. Caramba es mucho más fácil y con menos responsabilidad atender una caja en un supermercado que lidiar con los hijos de otros todo el día y además llevarte trabajo a tu casa.

Siendo así, ¿quiénes quedan para hacer ese trabajo?. En general, las putas y presidiarios... PERDÓN, los flojos y los mediocres. Si esos son los que van a educar a nuestros niños y jóvenes en el 90% de los casos, ¿que creen que se va a grabar en la mente de los niños, el 90 ó el 10%?, ¿cómo creen que resultará al final?.

Si seguimos así un día tendremos a un tipo como Chávez como presidente... ups, sorry again, eso ya pasó. Y si creen que las cosas no pueden ser peores, por favor, no tienten a Murphy y su condenada ley.

Que tengan un buen día

Yo quiero ser como Alan Shore...

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... cuando sea grande.

Empezaré con el hashtag #YoConfieso, para hacer un poco más entendible la ensalada de palabras que voy a decir.

#YoConfieso que, desde hace mucho tiempo tengo la habilidad innata de ser un sick bastard por todo lo alto. Y, aunque no siempre lo parezca, les aseguro que en mis pensamientos lo soy la mayor parte del tiempo.

#YoConfieso también que, debido a eso, siento especial debilidad, atracción y admiración profunda por esos personajes, reales o ficticios cuya habilidad supera con creces la mía (nada sexual, se los aseguro).

Una vez dicho lo anterior, sigamos con la ensalada de palabras. Si bien estoy claro en que los personajes ficticios son eso, y que la admiración debería sentirla por los directores y guionistas, es mucho más sencillo darle cara al personaje digno de admiración. Por otro lado, considero que si bien cada una de las líneas están escritas por otras personas, es el personaje en sí quien me causa admiración, pues estoy seguro que los guionistas en cuestión no son capaces de hacer ni ser el 10% de bastardos que son los personajes.

Entre esos mencionaré sólo 5, en orden ascendente de admiración.
  1. El melmaquiano Alf
  2. Dr. Gregory House
  3. Cal Lightman
  4. Alan Shore
  5. y... Dios.
No voy a exponer aquí las razones de mi admiración para cada uno de ellos. Me enfocaré, a los efectos de este post, en el que además de admiración, es un modelo a seguir: El número 4, Alan Shore.

"Conocí" a Alan viendo la última temporada de la serie "The Practice", y posteriormente en la serie que protagoniza "Boston Legal". Desde el principio me encantó el personaje, irreverente, traspasando los límites de la ética profesional sin reparos, haciendo lo que tiene que hacer sin importar nada más que cumplir con sus clientes dentro del marco de sus propios principios y no los deseos y/o prejuicios de los demás.

He aquí un video de Alan al final de The Practice (les debo los subtítulos):


No sólo es un abogado brillante, es EL abogado. Ese que todos quisiéramos que nos defendiera cuando estemos en cualquier clase de situación. Y como plus, es un tipo que tiene un talento natural para ser insoportable e irresistible para las mujeres. Definitivamente así quiero ser cuando sea grande.

Pero no sólo es un abogado maldito y un poco cabrón. Tiene también conciencia, y se involucra en casos aparentemente perdidos debido a ello. Defiende con convicción a sus clientes porque, en algunos casos, está de acuerdo con ellos, y sino, está convencido de que es algo que debe hacerse. Sin embargo, creo que su característica más relevante es su personalidad irreverente, mezclada con una inteligencia muy aguda. En sus alegatos finales siempre saca un as de la manga de una forma que no sólo tiene el componente de sickbastardez respectivo, sino que además tiene sentido y lógica.

En fin, sólo repito que, cuando sea grande, quiero ser exactamente igual. Incluyendo su éxito y su dinero, mejor aún. Casi que quiero estudiar derecho para ser abogado también... bah, I won't.