Sé que fui yo quien escribió el post de Abajo Cadenas. Pero ayer me topé, en la página que nadie visita nunca (YouTube), con ésto:



Estoy plenamente consciente de que tiene mucho tiempo circulando por la web, ya sea allí mismo, o en forma de presentaciones de powerpoint. Sin embargo, yo no lo había visto. Por eso me ha parecido que de repente algunos de ustedes tampoco lo han visto, y me parece que el mensaje es bueno.

Me parece que el que tenga aunque sea alguito de corazón latiendo en el pecho, y sangre circulando por sus venas, sentirá algo al ver ese video. No porque sea la gran cosa, sino porque todos sabemos que son cosas que pasan todos los días. La gente se lleva a un animalito a su casa, donde se "compromete" a brindarle un mínimo de comodidad y asistencia, a alimentarlo y procurar mantenerlo sano y bien cuidado, ¿cierto?. Pues lamentablemente, tanto ustedes como yo sabemos que eso no es así en el 100% de los casos.

Hay gente que quiere mucho a sus mascotas, tanto como a un hijo o un hermano, y los cuidan y sufren por ellos cuando ya no están. Pero por cada uno de estos, hay uno (o más) desgraciados, que simplemente piensan que un animal no es más que un objeto, una "cosa" que no piensa ni siente, y no es cierto. Para mí, alguien a quien no le duele ni un poquito echar a la calle a un animalito indefenso, sería capaz de echar a la calle a un hijo o un hermano si le llega a fastidiar demasiado.

En el caso del video, que trata únicamente de los perros, se ve al final una imagen de un perro en medio de una carretera, y abajo dice "No lo abandones... Él nunca lo haría", y es cierto. Los perros tienen una nobleza que les caracteriza, a la gran mayoría. Hay muchas historias sobre el carácter fiel, noble y sí, hasta pendejo de estos animales, que de relatarlas se haría muy largo el post. Para muestra, un botón llamado Orión, ¿lo recuerdan?. Los perros son muy nobles, mucho más de lo que un humano puede llegar a ser. Y yo tengo una historia personal que relatarles:

Recuerdo que hace muchos años, por donde vivía había un perro llamado Alejandro, que supuestamente era propiedad de unos vecinos, pero siempre andaba en la calle, hurgando en la basura a causa del hambre. Por aquellos días, teníamos un perro llamado Chance (sí, por la película), que falleció porque lo envenenaron y nos quedó un saco de esos enormes de comida para perros, a más de la mitad. Para no botarlo, decidimos dárselo a ¿quién?, sí, el mismo, a Alejandro; que obviamente lo necesitaba. De allí se hizo rutina, que todos los días, al frente de la casa, había un plato con comida para él, hasta que se acabó el saco de comida. Pasaron como 2 días, pero el perro seguía viniendo al frente de la casa en la mañana, a ver si milagrosamente la comida reaparecía. Nos dio demasiado sentimiento para con Alejandro, y decidimos seguir comprando la comida para darle. Así, él se alimentaba, no rompía las bolsas de basura y además nos sentíamos mejor.

Un día, uno de los muchachos de por allí comenzó a fastidiarme y empujarme, yo era muy pequeño y él, aparte de mayor, era más grande que yo. Sabrán que estaba en desventaja, sin contar que en aquel entonces yo era, por decirlo así, muy "tranquilo", casi que un nerd, por lo que esos "bullies" tenían un buen objetivo. Mientras me apartaba y buscaba la forma de huir (sí, iba a huir, ya les dije que no tenía oportunidad), el chamo menos que dejaba una abertura que me lo permitiera. Estaba cerca de mi casa, pero desde donde estaba no se veía la misma, el muchacho al parecer pensó en desquitarse una disputa previa de la manera en que los brutos saben hacerlo, y en ese momento apareció... SÍ!, ese mismo... ALEJANDRO!. Comenzó a ladrarle y se interpuso entre el bicho y yo, salvándome de unos buenos golpes. Considerando que yo estaba nuevo por la zona (casi recién mudado), el bicho en cuestión se había criado por allí y el perro le conocía puesto que era pariente de sus "dueños"; no debió defenderme. Pero fue allí donde prevaleció la nobleza de un animal que, aún cuando yo sólo le daba un plato de comida por las mañanas antes de ir al colegio, me defendió; por gratitud o por lo que fuera, pero de allí en adelante se ganó mi cariño. Hasta lo llegué a bañar! (y que conste que detesto esa actividad).

Lamentablemente Alejandro, por vivir en la calle, estuvo expuesto a lo que está cualquier perro en la calle. Y sí, un carro lo golpeó, quedó muy mal y sus "dueños" decidieron "sacrificarlo", triste final para un animal muy noble. Pero hasta los últimos días, siempre pudo contar con un plato de comida frente a la casa, y unas caricias en su cabeza de mi parte cuando nos conseguíamos. Hasta aquí la historia.

Ese video no es más que una simple interpretación, o el punto de vista humano, sobre lo que puede sentir un perrito que pasa por esa situación. Los seres humanos siempre hemos querido saber que piensan o sienten los animales, claro, sólo lo que sienten algo por ellos. Y está claro que ellos sienten, aunque no se comuniquen en nuestro idioma. Piensen también que, así como la "gente" (porque no merecen llamarse así), echa a la calle a un animal de estos, también están los que echan a la calle a un niño, a que pase tanto, o más trabajo que uno de esos perros. Para mí, todos son una escoria.

Por último les digo algo que probablamente ya sepan: Si tienen mascotas, cuídenlas y no las boten, porque no son un pedazo de cartón. Y si no las tienen piensen bien antes de tenerlas, porque es tremenda responsabilidad, mucho más grande de lo que se piensa. Si no pueden seguir teniéndolas, busquen alguien que sí pueda y que sea responsable. Cuando nos mudamos de una casa para un apartamento tuvimos que regalar a la perra que teníamos, Lisa, porque era demasiado grande para tenerla en el edificio. Pero procuramos buscarle un buen hogar, y vaya que se le consiguió, fue a un sitio mucho mejor, con espacio para correr y en las manos de, nada más y nada menos, un veterinario. Así que no hay excusas, ¡sí se puede!

Que tengan un buen día ;)