Crónica de una madrugada tortuosa

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Detesto el reggaeton, detesto la bachata, detesto el vallenato y por encima de todo esto DETESTO AL MARGINAL IMBÉCIL QUE NO ME DEJO DORMIR en la madrugada de hoy 18/08/2008.

Ya me descargué, ya pasó la furia, ya pasó el estrés... pero la rabia sigue allí, y cada vez que recuerdo que poco antes de las 2 a.m., algún marginal con un despecho muy arrecho me atormentó por casi un hora poniendo los ruidos molestos -entiéndanse como los géneros "musicales" detallados arriba- a todo volumen, siento que la sangre me hierve y que la cólera me nubla el pensamiento racional y calmado del que hago gala la mayoría de las veces.

De aquí en adelante, la crónica:

Estaba yo durmiendo en mi camita, rica y fresca, soñaba con algo bonito, no recuerdo exactamente que era pero era bonito, las imágenes eran coloridas, alegres, tranquilas. De repente algo cambió en mi sueño, el sitio donde estaba se distorsionaba, las imágenes otrora tranquilas amenazaban con sepultarme en un cementerio ruidoso y molesto; hasta soñé con una vieja gritándome... Yo daba vueltas en la cama, aún dormido pero inquieto. No sabía lo que pasaba hasta que me di cuenta que era una pesadilla.

Al despertarme pensé que aún tenía los recuerdos de la pesadilla vívidos en mi mente pues no habían parado los ruidos estridentes que taladraban mi mente. Muy desagradable mi sorpresa al darme cuenta que los ruidos no eran recuerdos de la pesadilla, sino los causantes de ella. Cuando estuve plenamente consciente -muy rápido pues los ruidos eran altos- maldije a quién fuera que estuviera en ese momento atormentando la tranquilidad de mi apartamento con su "música" marginal. Tenía puesto un disco de Don Omar EN VIVO (para mayor tormento). En ese momento pensé que era algún vehículo que estaba pasando pero NO, se quedó por bastante rato; me asomé por la ventana, traté de ubicar al desgraciado, inconsciente, mediocre, marginal y $@&"+* causante de mi desgraciada noche, pero nada, ni idea de donde pudiera estar. Sólo sé que estaba cerca pues se escuchaba como en la sala de mi apartamento.

Miré el reloj, eran poco menos de las 2 a.m.. Sufrí como no tienen idea, si lo detesto de día imagínense a esa hora, y me tenía que levantar temprano. Mi esposa se levantó también, (afortunadamente mi hija tiene el sueño pesado y siguió durmiendo), pero como ella es de fácil dormir cayó nuevamente en los brazos de Morfeo, PERO YO NO!.

Estaba a punto de llamar a la policía, lo pensé mucho pues aquí los cuerpos policiales muy probablemente me iban a contestar de mala gana que ya venían para nunca hacerlo; o decirme que no jodiera tanto y que me tapara los oídos -más probable lo segundo-. Pero de repente el ruido paró. Emocionado, me acosté nuevamente, y cuando estaba a punto de dormir, arrancó de nuevo, pero repotenciado. El imbécil estaba CAMBIANDO EL CD!!!, y para rematar puso nada más y nada menos que bachata y vallenatos!!! Imagínense mi dolor.

No conforme con esto me percaté de algo más siniestro todavía... el marginal tenía otra arma para torturarme... UN MICROFONO... y se puso a "cantar" fuera del ritmo de su mal llamada "música". No aguantaba más, me dispuse a llamar a la policía. algo tenía que hacer y no podía salir a la calle porque podía ser peor. En ese momento escucho a otro individuo intercambiando palabras con el causante de mi terrible madrugada, supongo que preguntándole que hasta cuando pretendía estar allí, y el marginal respondió (usando el micrófono) que "hasta las 4 de la mañana si podía"... en ese momento mi único pensamiento fue "El recontrac....ísimo de su mad....".
Eso era demasiado, en este pueblo la gente se pasa de la raya pero por lo general NO TANTO!!!. Afortunadamente a los pocos minutos, al parecer gracias a la intervención del vecino alterado (como yo) por el "MEGA ABUSO" e inconsciencia del marginal, los ruidos cesaron... esperé, aún con los nervios de punta, a ver si arrancaba de nuevo pero no pasó... en ese momento el mayor de mis tormentos acabó. Luego me quedó el dar vueltas en la cama, a ver si lograba conciliar nuevamente el sueño. Pasó cerca de una hora, pero lo logré, logré dormir un poco más. A las pocas horas mi hija le dio la bienvenida a un nuevo día, sonriéndome, logrando que gran parte de mi arrechera se desvaneciera allí mismo, le estoy infinitamente agradecido por ello.


-En momentos como esos, créanme, es mejor que nunca
llegue a poseer un arma, porque es que lo mato-

Comments (2)

Y pensar que hay quienes son capaces de decir que no son manifestaciones de marginalidad...

Ah veo que ya tienes tu meez, ta fino!!