Este título se lo debo a Mariale, quién afortunadamente no creo que tenga inconvenientes en que use la frase, pues ya se lo conté.

Hace ya algunas semanas tuve un intercambio de palabras con una vecina del edificio con la que tengo una relación de desagrado mutuo, más de ella que mío... ya va... momento... antes debo contarles algo sobre la vecina en cuestión, y el porqué de ese desagrado.

Cuando tenía pocos meses viviendo en el edificio, específicamente un sábado casi a las 8am estaba yo tranquilo desayunando con mi familia cuando suena el timbre pero estruendosamente, dejaron el timbre apretado un rato, con toda la intención de molestar. Cuando salgo la responsable era una vecina del 2° piso (yo vivo en el 4°), con tremenda cara. Yo debo confesar que le hablé un poco fuerte, molesto pues casi me revienta los oídos con el timbre. Pero ella fue peor pues empezó a gritarme prácticamente diciéndome que había una tubería rota, que porque yo no la había arreglado, que se le estaba inundando el apartamento y bla bla bla. Todo esto gritado, mal hablado y de mala manera. En ese momento le dije "No puede venir y decirlo calmadamente y en un timbre de voz aceptable, sin necesidad de la altanería y reventarme el tim..." pero no me dejo terminar (cosa común con los marginales de aquí) volviendo al ataque con su sarta de gritos.

Cuando colmó el límite de mi paciencia (que quién me conoce sabe que tengo bastante) le dije "Si usted no puede hablar como la gente entonces lo siento no sigo perdiendo mi tiempo con usted pues yo no hablo COMO animal ni CON animales!". La tipa se quedó en el sitio. Y en el instante le dije "Y más vale que no siga con lo del timbre!". Cuando la señora pretendía seguir yo me iba y salió mi madre a ver que pasaba a la que le dije "Nada, esta señora que no sabe comportarse ni hablar como la gente", luego mi mamá habló con la señora y se arregló el problema en cuestión. Era una tubería rota que quedaba por la parte de afuera y que nosotros ni pendiente pues no pasabamos por allí (el apartamento es grande). De allí en adelante se imaginaran el "cariño" tan grande que no tenemos mi vecina y yo.

Resulta que debido a una remodelación que efectuamos en el apartamento hace poco, habían unos escombros que había que sacar, los cuales estaban en un cuartito que la gente del edificio tenía (yo lo limpié y acomodé) de depósito de basura y objetos inservibles. Pues una noche armé un grupo con unos primos y mi hermano para sacar dichos escombros, los cuales nos tuvo ocupados hasta pasadas las 11pm, y la mañana siguiente.

Terminamos sin problemas, pero soy consciente de que el ruido debía molestar, y estaba presto a disculparme si alguien se quejaba, a pesar que yo no me quejo cuando a veces ponen su "música" a demasiado volumen. Pero eso sí, si me lo decían de manera educada y decente, como animales NO!.

Al día siguiente del que sacamos los escombros, voy a comprar a la panadería, y cuando estoy en la caja, estaba nada más y nada menos que mi vecina, quién es la esposa del dueño de la panadería, mientras yo le pagaba a la cajera la señora me dice -altaneramente- "Mira mijito, y hasta cuando pretenden ustedes estar con molestándome con su ruido, que no puedo dormir!!", en un tono de voz bastante agresivo.

Yo, haciendo gala de mis modales, y recordando el post de Mariale, les respondí afablemente "Disculpe señora, estamos trabajando para MÍ comodidad". Luché por no reírme al ver la cara de la señora, hasta que cuando su cerebro pudo procesar la información respondió algo así como: "Y a mi que me importa tu comodidad". (BINGO!, lo que yo quería que me dijera). Le respondí, en el mismo tono calmado "Ah sí?, y a mi que me importa la suya...". Terminé de pagar y me fui sonriéndome.