Se están cumpliendo 25 años desde la creación de este popular y conocido juego. Adictivo 100% y que, a pesar de ser tan simple, es altamente estimulante para el cerebro y la agilidad mental. Es lo que me encanta del mismo, uno puede jugarlo sin parar porque es que, simplemente no hay 2 partidas iguales. Ni siquiera el ajedrez, que se cuenta entre mis juegos favoritos, tiene esa particularidad.



El juego, tan popular hace unos años, ahora no lo es tanto debido a que existen cosas como el playstation 3, xbox 360, wii, además de los juego de computadora. Es comprensible, nos educan de manera que no estimulemos el cerebro y lo mantengamos lo más aletargado posible. Por eso incitan a que los chamos vean programas tipo "Somos tú y yo", "Rebelde" (damn it, las búsquedas atraerán esto ahora); y escuchen reggaeton. Sencillamente el objetivo es tener una cuerda de imbéciles incapaces de ver más allá de su retina, lo que los convierte en una masa fácilmente manipulable y explotable.

Volviendo al Tetris, puedo decir que si bien no es tan popular como antes, es uno de esos juegos que no pierde vigencia. Se puede pasar mucho tiempo sin jugarlo, pero cuando se comienza nuevamente, divierte igual que siempre. No hacen falta los efectos gráficos ni en 3D de las consolas de última generación, y en todas las versiones posteriores del mismo, los cambios "significativos" han sido darle un entorno estético más agradable y acorde con las nuevas posibilidades de los equipos.

Hoy, mientras celebraba este cumpleaños de este juego, de la manera más apropiada, es decir, jugando, comencé a pensar en algo que nunca había pensado antes. Pensé en la analogía que representa este juego y cada una de las veces que lo jugamos con nuestra vida, tanto general como seres humanos, como individuos.

La vida es un continuo juego de tetris, tan duradero como años de vida tengamos la suerte de alcanzar. A medida que vamos creciendo aumenta la dificultad de cada nivel, tal como en el juego. Al principio suele ser sencillo, todo va lento y calmado, como en el primer nivel, somos niños y el mundo es para explorar y conocer, armar y organizar y sobre todo, ir despacio pues tenemos tiempo de sobra. Luego en los niveles siguientes, se va complicando el asunto, algo más rápido y movido, no siempre vienen las piezas que necesitamos, por lo que debemos ir haciendo cambios en la estrategia de construcción de las líneas, ¿se parece en algo a la adolescencia?.

Así vamos, luego vienen los niveles avanzados (del 8 en adelante aproximadamente), donde se convierte en un frenesí de piezas a gran velocidad que caen y caen sin dar tiempo siquiera de ver cual es la siguiente (paso clave en el juego). Esto conlleva a los errores que se cometen por "no tener tiempo", y sobre todo, por no poder analizar las cosas con la misma calma con la que teníamos al principio del juego. Ya por estas etapas somos "adultos" que enfrentamos la frenética sociedad donde vivimos, llena de estrés, de apuros y una que otra "línea".

En el Tetris, la gran mayoría de las partidas se pierden por simples y tontos errores, y en menor medida, porque las piezas que tocan son incompatibles con lo que se encuentra en el cuadro. Es decir, que casi todas las partidas se pierden, como diría Hal, por razones que sólo pueden ser atribuibles a errores humanos.

Quien haya jugado alguna vez, sabe en que consiste y la forma de jugarlo (quite simple eh?). El detalles es que al principio las piezas son bastante fáciles de colocar, tanto, que se generan errores jugando porque generan confianza y apuran el juego. Al momento de ir formando las líneas hay que ser muy cuidadoso de no dejar espacios sin llenar, y sobre todo tapados, porque lograr destaparlos luego para poder formar las líneas suele ser bastante complicado.

Como todo juego, aunque al principio sea sencillo, a medida que se avanza, el grado de dificultad aumenta en proporción al nivel que se alcance. La dificultad radica sobre todo en la velocidad a la que caen las piezas, pero además en la escazes de ciertas piezas que son casi fundamentales en el juego.

Quién logra pensar con claridad y no cae en la desesperación, aún cuando se comete un error, suele ser la persona capaz de superar el juego entero. Así es la vida real, quién no deja que sus circunstancias lo dominen ni controlen, y mantiene su esperanza y ansias de superación, se convierte en una de esas personas que generan admiración y respeto, pues es un excelente constructor de un camino en su vida.

Por el contrario, hay personas que viven esperando una oportunidad, y si no llega pronto, o ya se han cometido demasiados errores insalvables, se rinden y terminan con un cuadro lleno de piezas atravesadas e inútiles. No les queda otro remedio mas que comenzar de nuevo. La gente que espera las oportunidades, viven a la espera de una fila de 4 cuadros, pues han adaptado su modelo de vida a esperar humildemente LA oportunidad. Sin saber siquiera si existe otra alternativa. Llevándolo al Tetris, son los jugadores que construyen todo su modelo, en base a la espera de una de estas piezas marcadas con rojo:


Esos son los casos que no saben nunca que hacer con piezas como las que aparecen marcadas con azul. Sencillamente las atraviesan y creen que no es posible hacer nada mejor que eso. Lástima , pues es precisamente eso lo que ocasiona su derrota. Es costumbre en el juego ir acomodando las piezas de manera que se puedan completar 4 líneas a través de una pieza larga. El problema es que mientras más se avanza, menos piezas de esas caen.

Bueno, todo ésto es parte de las reflexiones y divagaciones que me lancé jugando Tetris, aun cuando ahora creo que tengo el Efecto Tetris... que malo (jeje)

Que tengan un buen día ;)